Una sociedad democrática no puede tolerar pobreza, desigualdades y las condiciones injustas en cuál viven muchos niños y los niños de la muchacha. Explotación y tráfico sexuales de los niños son algunas de las formas peores de violencia generadas por la pobreza, la exclusión social y la discriminación de género. Niegan a muchos niños de un futuro y rompen el tejido social. El primer desafío está para que el orden público rompa este ciclo de la exclusión social, los calabozos de la sociedad brasileña que el estado y los servicios sociales básicos no alcanzan, donde la gente sobrevive sobre una base diaria sin la esperanza del futuro en las condiciones que generan nuevas formas de violencia. Los "capitanes de las arenas”, los niños de la calle según lo retratado por el novelista brasileño Jorge Amado hace años, son no capitanes más sino empeños en las manos de organizado crimen.
El resumen solamente esta en lengua castellaña, el informe esta en lengua inglesa |